● Producción de planta: El proceso productivo
Toda la producción del Vivero se realiza en contenedor y mediante semilla. En función de la especie a producir, el proceso varía en alguna de las fases:
1. Abastecimiento de semilla: En el caso de especies destinadas a conservación, se procura encontrar fuentes de suministro locales, que serán casi siempre las que mejor se adaptarán a nuestra región. Sin embargo, en el caso de especies con aptitud productiva, se buscan fuentes de suministro que posean un alto grado de selección encaminado a aumentar esa producción. |
2. Tratamientos pregerminativos: Hay ciertas especies que sus semillas presentan latencias físico-químicas o biológicas que hacen que su germinación se aplace un tiempo y que sea escalonada, cuestión incompatible con la producción en vivero. Por ello es necesario someterlas a diversos procesos para vencer esas latencias (cambios de temperaturas, escarificaciones mecánicas o químicas, tratamientos hormonales, etc.). En cambio, para las semillas de otras especies, es suficiente con una desinfección previa a la siembra. |
3. Siembra automática: En el caso de las coníferas, el proceso de siembra es totalmente automático: se introduce la bandeja vacía en la máquina y se recoge al final de la línea llena de sustrato compactado al grado requerido, sembrada, tapada y regada, en fin, lista para germinar. Para el caso de las frondosas, sólo es automático el proceso de llenado de la bandeja; la siembra es manual. Para los robles, castaño, nogal, etc. se colocan previamente a pregerminar en cámaras de cultivo y para otras especies como abedul, cerezo, serbal, etc. se hacen semilleros y posteriormente se trasplantan a las bandejas definitivas. |
4. Germinación en invernadero: En el Vivero se dispone de una elevada proporción de superficie de invernadero respecto al total, por ello, la germinación de todas las especies tiene lugar en ellos. Aquí se programan las condiciones climáticas óptimas de temperatura, humedad y luz para favorecer el proceso. |
5. Endurecimiento en exterior: Una vez que la planta ha germinado y se ha establecido, se traslada a áreas exteriores para que continúe creciendo, pero de manera menos acelerada que en el invernadero, de tal forma que sus tejidos se vayan endureciendo y adaptando a las duras condiciones que van a tener en el monte. Dependiendo de la especie se traslada a áreas de sombreo, en las que se controla únicamente la luz o a áreas de cultivo en las que no se controla ninguna variable climática. |
6. Salida a repoblación: Una vez que la planta ha alcanzado unas dimensiones de altura y diámetro de tallo suficientes (diferentes en cada especie) y su raíz ha colonizado todo el cepellón, está dispuesta para ser trasladada a la repoblación. Cabe citar que el proceso de crecimiento se puede modelar mediante el control de la fertilización y otras técnicas, pero no se puede detener por completo, con lo cual si el traslado al monte no se realiza en la fecha prevista, la planta sobrepasará alguna de las dimensiones máximas o se desproporcionará su relación parte aérea / parte radical y dejará de ser apta para la repoblación. |